La Orotava sostenible. HydroOrotava (*)

El valle de La Orotava es un ejemplo de sostenibilidad a pesar de algunos «pecados» cometidos a lo largo de su reciente historia. Fue un referente en la teoría de los deslizamientos gravitacionales a la hora de explicar su historia geológica, de la que fue un alumno destacado el profesor Telesforo Bravo quien desde el principio apostó por aquellas convulsiones y cataclismos que dieron lugar a esta enorme cuenca que se abre hacia el norte de la isla de Tenerife, la mayor y más alta del archipiélago de Canarias.
 

Es cabecera de tres municipios que se reparten entre el mar Atlántico y el Pico del Teide como es el caso de La Orotava, con una diversidad ecológica significativa de la que se dio cuenta hace algunos siglos el naturalista alemán Alejandro de Humboldt.
 
El valle fue cuna de destacados hombres de la Ilustración como los hermanos Iriarte, José Viera y Clavijo, Agustín de Betancourt y en el último siglo como Antonio González y Telesforo Bravo, entre otros. Desde mitad del siglo XIX conoció el impacto de la desamortización general del ministro de Hacienda Pascual Madoz cuando se enajenaron algunos montes, propios y comunales, aún cuando se habían exceptuados de la susodicha desamortización los de La Orotava por sus características e importancia hidrológico-forestal. Bien es cierto que desde el principio de la conquista, a finales del siglo XV, fue un lugar destacado para conocer el reparto de tierras y aguas a los financieros y colaboradores protagonistas de la conquista castellana.
 
Las aguas, unas veces públicas y otras privadas, que fluían de las fuentes y manantiales en los barrancos que corrían por los montes de Aguamansa, por encima de los mil metros de altitud, eran conducidas al corazón del pueblo de La Orotava, entre los 300 y los 400 metros de altitud, mediante una acequia principal de unos cuatro kilómetros de longitud que sirvió para llevar caudales de aguas y atender las necesidades de la población, del abasto público, de los lavaderos y de los molinos así como las fincas agrícolas de los adulados del valle. 
 
También en los primeros años de la conquista para mover las ruedas de un aserradero en el llano de la Sierra, en el límite de lo agrícola con lo forestal. Asimismo a finales del siglo XIX y mitad del XX sirvieron para generar energía eléctrica con dos saltos de agua construidos en la zona de Los Altos de La Orotava, primero en Hacienda Perdida (1894-1928-1934) por una apuesta de la Sociedad Eléctrica de Orotava (SEO), privada, y luego en La Abejera (1935-1974) promovido por el Ayuntamiento, en el marco de un servicio eléctrico municipalizado (SEM). 
 
Actualmente estamos reflexionando acerca de la filosofía que encontramos en el interesante proyecto Restor-Hydro, que desde 2012 ha puesto en marcha la Comisión Europea en algunos países de la UE, a la hora de identificar minicentrales hidroeléctricas y explicar el papel desempeñado por las mismas en la isla de Tenerife.
 
Hemos querido aprovechar este año de 2014 cuando se cumplen 120 años de la llegada de la luz eléctrica a la Villa de La Orotava, la primera ciudad de Tenerife y la segunda de Canarias, gracias a una operación de sostenibilidad medioambiental como fue la energía eléctrica generada con aguas nacidas en sus montes aprovechando un salto de agua con tubería de carga. Además sirvió para suministrar fluido eléctrico a otros municipios del valle como el Puerto de la Cruz y Los Realejos hasta los años 50 y 60 del siglo XX. Todo ello sirvió para que se establecieran desde el siglo XIX infraestructuras hidráulicas en los montes y en las fincas agrícolas, así como eléctricas. Todas ellas de alto valor histórico patrimonial hasta el punto que se ha pensando en redactar el proyecto HydroOrotava.
 
En un municipio singular como La Orotava, el más extenso de la isla de Tenerife incluyendo el Parque Nacional del Teide, el más alto de España por cuanto comienza en el mar y termina en el Pico el Teide y con una universidad privada, la UEC. Además fue cuna del ínclito Conde del Valle de Salazar don Esteban Salazar y Cólogan, mecenas de la causa forestal en España en la primera mitad del siglo XX y que sirvió de base jurídica para fundamentar la Fundación «Conde del Valle de Salazar».
 
Se pretende presentar a la sociedad en el próximo mes de diciembre, en el marco de la conmemoración del binomio Agua-Energía previsto por la ONU para el año 2014, después de haber identificado las dos históricas centrales hidroeléctricas, minihidráulicas, como fuentes de energías renovables y a los montes y suertes forestales como suministradores de agua. Montes que fueron pioneros en Canarias de algunas actividades, como sucedió con los consorcios forestales de 1945 en los que intervinieron ingenieros como Luis Ceballos, Francisco Ortuño y José Miguel González posteriormente. Montes que fueron exceptuados en 1855 cuando el ingeniero forestal Pablo Preber elevó la propuesta de la Clasificación de los Montes de Utilidad Pública al ministerio. Montes que fueron administrados por ingenieros del Distrito Forestal como Arturo Ballester y Leoncio Oramas en las primeras décadas del siglo XX.
 
Con tal motivo hemos planteado al Ayuntamiento de La Orotava este proyecto especial en el que se contemplan unas actividades a realizar en colaboración con varias empresas implicadas en determinados servicios en la Villa de La Orotava, como pueden ser Effico, también Fonteide, CTR. Colfis, Savasa, Risco Bahía, Rispower y Multiópticas Orotava, así como instituciones varias como Cabildo insular, la Universidad Europea de Canarias, el cluster RICAM, y algunos Colegios profesionales.
 
(*) Por Eduardo Sánchez e Isidoro Sánchez

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